Las aventuras de Huckleberry Finn - Твен Марк. Страница 1
Annotation
La historia se desarrolla a lo largo del rio Misisipi, el cual recorren Huck y el esclavo profugo Jim, huyendo del pasado que han sufrido con el proposito de llegar a Ohio. Detalles idiosincraticos de la sociedad surena como el racismo y la supersticion de los esclavos, asi como la amistad son algunos de los temas centrales de la novela. Esta obra supone para Mark Twain un punto y aparte respecto de sus obras anteriores. Aqui comienza una mirada pesimista sobre la humanidad que lejos de diluirse se acrecienta en siguientes creaciones como El forastero misterioso.
Mark Twain
Huckleberry Finn
©1884, Twain, Mark
ISBN: 9788496964440
Generado con: QualityEPUB v0.22
Corregido: Xenius, 25/07/2011
Capitulo I
No sabreis quien soy yo si no habeis leido un libro titulado Las aventuras de Tom Sawyer, pero no importa. Ese libro lo escribio el senor Mark Twain y conto la verdad, casi siempre. Algunas cosas las exagero, pero casi siempre dijo la verdad. Eso no es nada. Nunca he visto a nadie que no mintiese alguna vez, menos la tia Polly, o la viuda, o quiza Mary. De la tia Polly —es la tia Polly de Tom— y de Mary y de la viuda Douglas se cuenta todo en ese libro, que es verdad en casi todo, con algunas exageraciones, como he dicho antes.
Bueno, el libro termina asi: Tom y yo encontramos el dinero que los ladrones habian escondido en la cueva y nos hicimos ricos. Nos tocaron seis mil dolares a cada uno: todo en oro. La verdad es que impresionaba ver todo aquel dinero amontonado. Bueno, el juez Thatcher se encargo de el y lo coloco a interes y nos daba un dolar al dia, y todo el ano: tanto que no sabria uno en que gastarselo. La viuda Douglas me adopto como hijo y dijo que me iba a cevilizar, pero resultaba dificil vivir en la casa todo el tiempo, porque la viuda era horriblemente normal y respetable en todo lo que hacia, asi que cuando yo ya no lo pude aguantar mas, volvi a ponerme la ropa vieja y me lleve mi pellejo de azucar y me senti libre y contento. Pero Tom Sawyer me fue a buscar y dijo que iba a organizar una banda de ladrones y que yo podia ingresar si volvia con la viuda y era respetable. Asi que volvi.
La viuda se puso a llorar al verme y me dijo que era un pobre corderito y tambien me llamo otro monton de cosas, pero sin mala intencion. Me volvio a poner la ropa nueva y yo no podia hacer mas que sudar y sudar y sentirme apretado con ella. Entonces volvio a pasar lo mismo que antes. La viuda tocaba una campanilla a la hora de la cena y habia que llegar a tiempo. Al llegar a la mesa no se podia poner uno a comer, sino que habia que esperar a que la viuda bajara la cabeza y rezongase algo encima de la comida, aunque no tenia nada de malo; bueno, solo que todo estaba cocinado por separado. Cuando se pone todo junto, las cosas se mezclan y los jugos se juntan y las cosas saben mejor.
Despues de cenar sacaba el libro y me contaba la historia de Moises y los juncos, y yo tenia ganas de enterarme de toda aquella historia, pero con el tiempo se le escapo que Moises llevaba muerto muchisimos anos, asi que ya no me importo, porque a mi los muertos no me interesan.
En seguida me daban ganas de fumar y le pedia permiso a la viuda. Pero no me lo daba. Decia que era una costumbre fea y sucia y que tenia que tratar de dejarlo. Eso es lo que le pasa a algunos. Le tienen mania a cosas de las que no saben nada. Lo que es ella bien que se interesaba por Moises, que no era ni siquiera pariente suyo, y que maldito lo que le valia a nadie porque ya se habia muerto, ?no?, pero le parecia muy mal que yo hiciera algo que me gustaba. Y ademas ella tomaba rape; claro que eso le parecia bien porque era ella quien se lo tomaba.
Su hermana, la senorita Watson, era una solterona mas bien flaca, que llevaba gafas, acababa de ir a vivir con ella, y se le habia metido en la cabeza ensenarme las letras. Me hacia trabajar bastante una hora y despues la viuda le decia que ya bastaba. Yo ya no podia aguantar mas. Entonces pasaba una hora mortalmente aburrida y yo me ponia nervioso. La senorita Watson decia: «No pongas los pies ahi, Huckleberry» y «No te pongas asi de encogido, Huckleberry; sientate derecho», y despues decia: «No bosteces y te estires asi, Huckleberry; ?por que no tratas de comportarte?» Despues me contaba todos los detalles del lugar malo y decia que ojala estuviera yo en el. Era porque se enfadaba, pero yo no queria ofender. Lo unico que queria yo era ir a alguna parte, cambiar de aires. No me importaba adonde. Decia que lo que yo decia era malo; decia que ella no lo diria por nada del mundo; ella iba a vivir para ir al sitio bueno. Bueno, yo no veia ninguna ventaja en ir adonde estuviera ella, asi que decidi ni intentarlo. Pero nunca lo dije porque no haria mas que crear problemas y no valdria de nada.
Entonces ella se lanzaba a contarme todo lo del sitio bueno. Decia que lo unico que se hacia alli era pasarse el dia cantando con un arpa, siempre lo mismo. Asi que no me parecio gran cosa. Pero no dije nada. Le pregunte si creia que Tom Sawyer iria alli y dijo que ni muchisimo menos, y yo me alegre, porque queria estar en el mismo sitio que el.
Un dia la senorita Watson no paraba de meterse conmigo, y yo empece a cansarme y a sentirme solo. Despues llamaron a los negros para decir las oraciones y todo el mundo se fue a la cama. Yo me fui a mi habitacion con un trozo de vela y lo puse en la mesa. Despues me sente en una silla junto a la ventana y trate de pensar en algo animado, pero era inutil. Me sentia tan solo que casi me daban ganas de morirme. Las estrellas brillaban y las hojas de los arboles se rozaban con un ruido muy triste; alla lejos se oia un buho que ululaba porque se habia muerto alguien y un chotacabras y un perro que gritaban que se iba a morir alguien mas, y el viento trataba de decirme algo y yo no entendia lo que era, de forma que me daban calofrios. Despues, alla en el bosque, oi ese ruido que hacen los fantasmas cuando quieren decir algo que estan pensando y no pueden hacerse entender, de forma que no pueden descansar en la tumba y tienen que pasarse toda la noche velando. Me senti tan desanimado y con tanto miedo que tuve ganas de compania. Luego se me subio una arana por el hombro y me la quite de encima y se cayo en la vela, y antes de que pudiera yo alargar la mano, ya estaba toda quemada. No hacia falta que me dijera nadie que aquello era de muy mal fario y que me iba a traer mala suerte, asi que tuve miedo y casi me quite la ropa de golpe. Me levante y di tres vueltas santiguandome a cada vez, y despues me ate un rizo del pelo con un hilo para que no se me acercaran las brujas. Pero no estaba nada seguro. Eso es lo que se hace cuando ha perdido uno una herradura que se ha encontrado, en vez de clavarla encima de la puerta, pero nunca le habia oido decir a nadie que fuese la forma de que no llegara la mala suerte cuando se habia matado a una arana.