Viernes o Los limbos del Pac?fico - Tournier Michel. Страница 39
Pero, si se trata de mi sexualidad, me doy cuenta de que ni una sola vez Viernes ha despertado en mi una tentacion sodomita. En primer lugar porque ha llegado demasiado tarde : mi sexualidad se habia vuelto ya elemental y se volvia hacia Speranza. Pero, sobre todo, se debe a que Venus no salio de las aguas y arribo a mis costas para seducirme, sino para conducirme a la fuerza hacia su padre Ouranos . No se trataba, por tanto, de hacerme regresar hacia amores humanos sino, sin salir de lo elemental, cambiar de elemento. Es lo que ha sucedido hoy. Mis amores con Speranza se inspiraban todavia en gran parte en modelos humanos. En una palabra: yo fecundaba a esta tierra, como lo habria hecho con una esposa. Viernes me ha forzado a una conversion mas radical. La voluptuosidad brutal que traspasa los rinones del amante, se ha transformado para mi en un jubilo dulce que me envuelve y me lleva de los pies a la cabeza durante todo el tiempo en que el sol-dios me bana con sus rayos. Y no se trata de una perdida de sustancia que siempre deja al animal triste post coitum. Mis amores uranianos me llenan, por el contrario, de una energia vital que me da fuerzas para todo un dia y toda una noche. Si fuera preciso traducir en terminos humanos este coito solar, seria mas bien bajo caracteres femeninos: como la esposa del cielo es como habria que definirme. Pero ese antropomorfismo es un contrasentido. En realidad, en el grado al que Viernes y yo hemos accedido, la diferencia de sexos ha quedado superada y Viernes puede identificarse con Venus, del mismo modo que puede decirse en el lenguaje humano que yo me abro a la fecundacion del Astro Mayor.
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Log-book .- La luna llena derrama una luz tan viva que puedo escribir estas lineas sin la ayuda de una lampara. Viernes duerme, hecho una bola a mis pies. La atmosfera irreal, la abolicion de todas las cosas familiares en torno mio, toda esta carencia proporcionan a mis ideas una ligereza, una gratuidad, que redimen de su fugacidad. Esta meditacion no sera mas que agua de borrajas. Ave spiritu , ?las ideas que van a morir te saludan!
En el cielo aborrascado por su radiacion el Gran Astro Alucinado flota como una gota gigantesca y viscosa. Su forma geometrica es impecable, pero su materia se halla agitada por un torbellino que evoca una creacion intestina en pleno trabajo. En su blancura albuminosa se dibujan figuras vagas que desaparecen lentamente, miembros diseminados se recomponen, rostros que sonrien durante un instante; luego todo concluye en un remolino lechoso. De pronto los torbellinos aceleran su rotacion hasta el punto de parecer inmoviles. Parece prevalecer una especie de congelacion lunar, por el propio exceso de su temblor. Poco a poco las lineas encabalgadas que alli se dibujan se van precisando. Dos focos ocupan los polos contrapuestos del huevo. Un juego de arabescos se propaga de uno a otro. Los focos son ahora cabezas, el arabesco la conjuncion de dos cuerpos. Dos seres semejantes, unos gemelos se estan gestando en la luna; unos gemelos nacen de la luna. Anudados el uno al otro, se remueven con lentitud, como si despertaran de un sueno secular. Sus movimientos, que al principio parecen caricias mullidas y sonadoras, adquieren un sentido completamente opuesto: tratan ahora de separarse el uno del otro. Cada uno lucha con su sombra, espesa y obsesiva, como un nino con las humedas tinieblas maternas. En cuanto se desprenden el uno del otro, se yerguen absortos y solitarios y tanteando reemprenden el camino de su intimidad fraterna. En el huevo de Leda, fecundado por el Cisne jupiterino, nacieron los Dioscuros, gemelos de la ciudad solar. Son hermanos con mucha mas intensidad que los gemelos humanos, porque comparten la misma alma. Los gemelos humanos son pluranimes . Los Gemelos son unanimes. Por eso su carne posee una densidad extraordinaria, ya que se halla dos veces menos penetrada por el espiritu y es, por tanto, dos veces menos porosa, dos veces mas pesada y mas carne que la de los gemelos. Y de ahi proceden su eterna juventud, su inhumana belleza. Hay en ellos algo del cristal, del metal, algo de las brillantes superficies barnizadas, un resplandor que no es vivo. Se debe a que no son eslabones de una cadena que se extiende de generacion en generacion a traves de las vicisitudes de la historia. Son los Dioscuros, seres caidos del cielo como meteoros, salidos de una generacion vertical, abrupta. Su padre, el Sol, les bendice y su fuego les bendice y les confiere la eternidad.
Una nubecilla, nacida en el occidente, viene a tapar el huevo de Leda. Viernes dirige hacia mi un rostro perdido y pronuncia varias frases incoherentes con una voz extraordinariamente rapida y luego se sumerge de nuevo en su sueno, con las piernas perezosamente plegadas bajo su vientre, los punos cerrados, colocados a un lado y a otro de su negra cabeza. Venus, el Cisne, Leda, los Dioscuros…, tanteo en busca de mi mismo en un bosque de alegorias.