Destinos Truncados - Стругацкие Аркадий и Борис. Страница 23
—No me interrumpais, porque manana me marcho a Zambia; todavia tengo que vacunarme, y vosotros me estais interrumpiendo a cada momento... quiero explicaros algo sobre la Bannaia. La maquina que hay alli es especial. Mide el talento. En unidades absolutas. ?Sabeis la que armo Sashka Tolokonnikov? ?En lugar de su galimatias, metio en la maquina cinco paginas de El Don apacible! La mierda de maquina se atraganto, nadie la habia calculado para semejante nivel, y ahora van a sancionar a Sashka. Por realizar un acto indigno de un escritor sovietico... ?Pero lo de Sashka fue una tonteria! La mismisima Iraida se levanto un dia y llevo alli sus borradores. Pensaba que la maquina le cantaria alabanzas, pero de repente, ahi tienes, cero enteros con cero decimas. ?La que armo a golpes de paraguas! ?A todos! Estais sentados aqui y no sabeis nada, pero ayer meti la nariz por alli... habia una barrera, milicianos a caballo... Mijeich temblaba, su invento no le ha traido alegria alguna, tambien tiene que presentar sus manuscritos... Le digo: «Oye, ?que temes? ?Quieres que te preste mis borradores?».
Pues asi mismo es nuestro Petia Skorobogatov, nuestro Trepa Nacional. Tome una copita de vodka y me puse a pensar que en este mundo era imposible inventar algo. Todo estaba ya inventado. Recorde como hace quince anos, el difunto Anatoli Efimovich se sincero una vez conmigo y me conto la trama de su nueva comedia. Todo ocurria en una casa de creacion literaria, y un inventor lleva hasta alli su fantastico aparato... ?Que nombre le puso? ?Si! ?Metales! Medidor del Talento del Escritor. Al principio los escritores, los muy idiotas, se alegran, finalmente todos sabran que Ivanov es una mierda y yo soy un genio. Pero despues, cuando la maquina comenzo a anunciar la verdad objetiva... Finalmente, hicieron polvo la maquina y escribieron una denuncia contra el inventor, con todas las consecuencias que de ello dimanan... Y cuan afligido quedo Anatoli Efimovich cuando, despues de pedirle perdon y justificarme, le di a leer La mensura de Zoila,de Akutagawa, un relato escrito en el ano dieciseis y publicado en ruso a mediados de los anos treinta. No es posible inventar nada. Todo lo que se pueda inventar, o bien lo inventaron antes, o bien existe en la realidad.
—?Desde el momento en que se invento aquella cosa —anuncie para todo el salon mirando directamente a los ojos de cerdo de Petia Skorobogatov, despues de dar un punetazo en la mesa—, les llego su ultima hora a todos los escritores y pintores que venden carne de perro y la quieren hacer pasar por cordero!
Despues de lo cual fui al bano. Ya habia bebido suficiente. Me daba cuenta de ello porque mis mejillas estaban entumecidas y constantemente tenia ganas de sacar la quijada. Era el momento de regresar a casa, ademas podia llegar Katia con el pedido, y en casa quedaba menos de media botella de conac. Y en casa habia algo que debia hacer. Pero ?que era exactamente?
En el camino de vuelta me acorde. Debia telefonear y saber que tal andaba Kostia Kudinov, el poeta, si no se habria muerto. Yo andaba bebiendo vodka con Petia Skorobogatov, mientras Kostia quiza estaba estirando la pata. Que injusticia.
La mujer de Kostia respondio al telefono. Parecia bastante animada.
—?Que tal esta Kostia? —pregunte despues de presentarme.
—?Ay, que bien que haya llamado, Felix Alexandrovich! Acabo de regresar del hospital, ahora mismo he llegado a casa... El le ruega que pase a verlo.
—Sin falta —dije—. Y, en general, ?como esta?
—Gracias a Dios, todo se ha resuelto. Entonces, ?ira a verlo?
—Quiza... —balbucee, sin conviccion—. Es posible que manana, a esta misma hora.
—?No! No, Felix Alexandrovich, el ha pedido que fuera a verlo hoy, sin falta. Eso es lo que me ha dicho: «?Llama a Felix Alexandrovich y dile que venga a verme hoy sin-fal-ta! Es algo muy urgente, muy importante...».
—Esta bien —le dije, y nos despedimos.
«No se pueden hacer buenas acciones —pense mientras regresaba al restaurante—. Uno hace la primera y eso no tiene fin. Ademas, prestad atencion, ni una palabra de agradecimiento. Llevo todo el dia recorriendo Moscu por culpa de este farsante, cuanto miedo he pasado, y al caer la noche, ahi teneis, a empezar todo de nuevo, vete quien sabe adonde, como un camello en el desierto, y ni una palabra de agradecimiento...»
Garik ya se habia ido, se habia marchado a su seminario; en su lugar estaba un amigo de Petia. Lo conocia, me lo habian presentado en varias ocasiones pero no recordaba su nombre ni sabia que relacion tenia con la literatura. Creo que pasaba todo el dia en la sala de billar del club y ahi terminaba toda su relacion con la literatura sovietica.
Ademas, mientras estuve fuera, en la mesa aparecio una enorme botella de vodka de trigo, y antes habia aparecido mi buen amigo del portal de al lado, Slava Krutoiarski, escualido, cetrino, de pelo largo, cubierto de un brillo artificial y proclive a teorizar.
—?Que es la critica? —le preguntaba a Zhora Naumov, que se habia quitado su chaqueta lanuda y la habia colgado del respaldo de la silla—. Ademas, no estoy hablando de la critica que tenemos ahora, ?me entiendes?
Cada dos frases, Slava preguntaba a su interlocutor si lo entendia.
Zhora asintio solemnemente, asegurando que si, entendia; tambien lo hizo Valia Demchenko, con aire pensativo; y yo tambien asenti, mientras me sentaba; lo mismo hicieron Petia y su amigo, con tanta energia que el vodka de sus copas salpico la mesa.
—La critica es una ciencia —prosiguio Slava, mirando fijamente a Zhora—. Se trata de vincular, de correlacionar la histeria del creador con las necesidades de la sociedad, ?me entiendes? Esclarecer la relacion entre los terribles sufrimientos del creador y la vida cotidiana del socium,en eso consiste la tarea de la critica. ?Me has entendido?
Aquella idea le parecio tan saludable e interesante al sociumque todos se pusieron a pedirse mutuamente lapiz y papel. Para escribirla. Pero nadie tenia lapiz ni papel; llamaron a Alionushka, le mendigaron un trocito de lapiz y una hoja de su cuaderno de notas, y Petia exigio que Slava repitiera su formulacion, cosa que este intento con toda honestidad, pero no le salio. Zhora Naumov tampoco logro repetirla, lo confundio todo, le introdujo una tal quintaesencia y, mientras todos gritaban interrumpiendose, pense que no importa como se definiera la critica, no aportaba utilidad alguna y no habia manera de evitar el dano que causaba. Nuestra critica no se dedicaba en absoluto a la quintaesencia de la histeria del creador, sino a nivelar la literatura para que resultara mas facil saldar las cuentas personales y esteticas con los escritores. Asi mismo.
Bebi y comi un trocito de filete frio. Mientras tanto, el debate terminologico sobre la critica se convirtio, de modo natural, en una discusion sobre la politica de pago de honorarios.
Mi vision sobre la politica de pago de honorarios es simple: mientras mas paguen, mejor; todos los debates de los escritores sobre la estimulacion material no valen un comino. Gentes como Trepa Nacional gritan constantemente que si les pagaran como a Pedro, ellos escribirian como Leon. Miente el muy chapuzas. No importa cuanto le paguen, siempre escribira como una mierda. Pagale quinientos por pagina, setecientos, de todos modos escribira la misma idiotez: ninos, estudiar bien es muy bueno, estudiar mal es feo, feo, eso no esta bien y no se debe ofender a los mas pequenos. Y lo seguiran publicando, porque en todas las redacciones de literatura infantil han reservado, digamos, el treinta por ciento del volumen editorial para la literatura sobre los escolares, pero habria que discutir si hay suficientes buenos escritores para cubrir ese treinta por ciento. Se supone que si. Pero a Valia Demchenko le puedes pagar doscientos, cien solamente, de todos modos va a escribir bien, no va a escribir peor porque le paguen peor, aunque no tiene ningun espacio reservado para su urbanismo critico, y los resenistas se lanzan sobre el como perros rabiosos.