Destinos Truncados - Стругацкие Аркадий и Борис. Страница 69

Lave las patatas peladas en tres aguas, llene a medias la cazuela y corte las patatas en dos o tres trozos cada una. A continuacion, puse la cazuela al fuego.

Decid lo que querais, pero todo aquel invento con la definicion del indice CPLT era una locura y un despilfarro de dinero publico. Como la mayoria de los proyectos muy intelectuales, relacionados con la literatura y el arte en general. Vaya absurdo, poner cientos de armarios solamente para demostrar que si publican a un autor tendra muchos lectores, aunque puede ser que no tantos; pero si, por el contrario, no lo publican, entonces ese canalla, ese escritor de pacotilla, no tendra ningun lector. O peor todavia: si se publica, digamos, un tomito de Alexandr Sergueievich Pushkin, aunque sea de prosa, y a la vez se publica una novelita de Inodor Letrinovich Bidet sobre las pasiones en un horno de fundicion, Pushkin contara con muchisimos mas lectores. Eso era en esencia todo lo que aquel hombre habia intentado meterme en la cabeza. Ademas, quiza, de la sencilla idea de que lo bueno es siempre bueno, pero lo malo no es siempre malo...

?O habia algo que no era asi? ?O algo que no comprendi, y que en este momento aun no podia comprender? Pues hizo demasiadas insinuaciones, debio haber dicho claramente lo que necesitaba, no pienso ir otra vez por alli, y las patatas ya estaban listas...

Ya lo tenia todo preparado en la mesa, una deliciosa mezcla de patatas y ternera humeaba en un plato hondo, la cocina estaba llena de los aromas de la carne, la cebolla, la hoja de laurel... Iba llenando una copa panzona de conac, que bueno era vivir, el horizonte se habia despejado, se habia llenado de buenos presentimientos. Mas de la mitad del guion estaba listo, no habia que ir a la sastreria a por la chaqueta de pieles, y no tenia ni la menor necesidad de ir nuevamente a la calle Bannaia. Todas las deudas habian sido pagadas antes del crepusculo, como decia el joven senor Cochrane.

Me tome una copa, me llene la boca de patatas con carne y encendi la tele.

Alguien torturaba un violin en la primera cadena. Despues de contemplar durante un rato el rostro angustiado del torturador, cambie de canal. En la segunda cadena, bailaban unos aficionados: volaban las faldas multicolores, golpeaban los tacones, abrian y cerraban los brazos y, de vez en cuando, soltaban grititos agudos. Me llene otra vez la boca de patatas y de nuevo cambie de canal. Alli, varios ancianos se encontraban sentados en torno a una mesa redonda y conversaban. Se hablaba de los limites alcanzados, de la decision de apoyar algo en alguna parte, de los grandes trabajos para la reconstruccion de algo metalico...

Yo seguia masticando patatas que, de alguna manera, habian dejado de ser sabrosas, oia y soltaba tacos para mis adentros. ?La television! ?Gran maravilla del siglo veinte! Un autentico concentrado de esfuerzos, talento e inventiva de decenas, cientos, miles de grandisimos intelectos de nuestra, de mi epoca. Solo para que ahora, al regresar del trabajo, decenas de millones de personas cansadas cambiaran tenazmente de canal junto conmigo, incapaces de resolver una tarea verdaderamente irresoluble: ?que elegir? ?Al inspirado torturador de violines? ?O la salvaje multitud sudorosa de bailarines folcloricos aficionados? ?O a esos tristes y elusivos especialistas en torno a la mesa redonda?

Al final, elegi al torturador. Me servi una segunda copa, la bebi y me puse a escuchar. De repente pense que se trataba de una alucinacion. Desde nino me habian metido la musica clasica por los oidos. Probablemente, alguien habia dicho en alguna parte que si a una persona se le mete todos los dias musica clasica por los oidos, poco a poco se acostumbraria y despues no podria vivir sin ella, y eso seria bueno. Y asi comenzo. Queriamos jazz, el jazz nos volvia locos y nos asfixiaban con sinfonias. Nos encantaban las romanzas que retorcian el alma y las canciones carcelarias, y nos aplastaban bajo conciertos de violin. Corriamos a escuchar a bardos y trovadores, y nos envenenaban con oratorios. Si todos aquellos esfuerzos titanicos para introducir la cultura musical en nuestras conciencias tuvieran un rendimiento aunque fuera igual al de la maquina termica de Denis Papin [11], viviria ahora rodeado de conocedores y amantes de la musica clasica, y sin lugar a dudas, yo tambien seria amante y conocedor. Miles y miles de horas por radio, miles y miles de programas de television, millones de discos... ?Y cual era el resultado? Garik Aganian tenia un conocimiento casi profesional de la musica pop, Zhora Naumov seguia coleccionando canciones de bardos. Trepa Nacional era como yo: mientras menos musica, mejor. Es verdad que tambien tenemos a Valentin Demchenko. Pero a el le gusta la musica clasica desde su mas tierna infancia, aqui no viene al caso la propaganda musical...

Mientras pensaba en estos temas, el violinista desaparecio de la pantalla y en su lugar irrumpieron unos jugadores de hockey. Uno de ellos, nada mas aparecer, golpeo con su palo a otro en la cabeza. El camara, avergonzado, desplazo la imagen, no me mostraban lo mas interesante y apague el televisor. Estaba satisfecho, algo alegre, y lo unico que me quedaba por hacer era lavar los platos.

Despues, me fui al despacho y me puse a caminar lentamente a lo largo de la estanteria llena de libros, pasando el indice por las puertas de vidrio.

Guerra y paz.Para hoy, no. Aun no han transcurrido ni seis meses.

Cartas de Chejov.No estoy de humor.

Chukovski: De Chejov a nuestros dias.Volvi a leerlo hace poco.

Pues si. El propio Anton Pavlovich [12], en diez tomos. ?Releer Una historia aburrida?No. La guardaremos para un dia mas lugubre.

Mijail Bulgakov. Estuve un rato contemplando el lomo del libro, arrugado, desgastado en algunos lugares, con un trocito de encuadernacion colgando por abajo... No, basta, no le prestare este libro a nadie mas. No cuidan nada, demonios. «Grande fue el ano 1918 desde el nacimiento de Cristo, y terrible, el segundo desde el inicio de la revolucion.»

—Pues no —dije en voz alta—. Ahora voy a leer La novela teatral.No hay nada mejor en el mundo que La novela teatral,me da igual lo que penseis o hagais.

Y tome de la balda el tomo de Bulgakov, acaricie la suave encuadernacion con los dedos y con la mano, y por enesima vez pense que no debia tratar a un libro como a una persona viva, que eso era pecado.

A mis espaldas sono el telefono y me estremeci, porque ya no estaba alli, sino en una minima habitacion sucia con un divan en el que asomaba un muelle, incomodo como un delirio de Kafka. El costado volvio a dolerme de repente, aprete el libro frio contra mis costillas, me aproxime a la mesa, me deje caer en el butacon y descolgue el telefono.

Se trataba de Valentin Demchenko. Se me habia olvidado completamente que el sabado era el cumpleanos de Sonechka y me invitaban a festejarlo. Me alegre. Me alegre, primero, porque el cumpleanos de Sonechka no se celebra todos los anos, y si se celebra eso quiere decir que todo anda bien entre ellos, que estan dentro de la franja del bienestar economico, que todos estan saludables, que el capitan de corbeta Demchenko, tras emerger de abismos salados, ha enviado una carta alentadora desde la ciudad de Murmansk, y que en general, todo es maravilloso. Y en segundo lugar, me alegre porque al cumpleanos de Sonechka no invitan a cualquiera.