Viernes o Los limbos del Pac?fico - Tournier Michel. Страница 19
Esta ultima fuente manaba debilmente de un altozano de tierra que se elevaba en un claro en medio de los arboles, como si la isla hubiera apartado su vestido del bosque en aquel lugar. Robinson se hallaba loco de alegria cuando se dirigia, impulsado por el hartazgo anticipado, hacia el delgado hilillo de agua. Cuando pegaba sus labios avidos al agujero para chupar con ansia el liquido vital, gemia de agradecimiento, y tras sus parpados humildemente bajos, veia llamear la promesa de Moises:
Hijos de Israel, yo os hare entrar en una tierra chorreando de leche y de miel.
Pero no podia ocultarse que si el chorreaba en su interior leche y miel, Speranza, en cambio, se agotaba en esa vocacion maternal monstruosa que le habia impuesto.
Log-book .- La causa se entiende. Ayer me sepulte de nuevo en el alveolo. Sera la ultima vez, porque reconozco mi error. Esta noche en la duermevela en que vegetaba, mi semilla se escapo y no tuve tiempo de cubrir con la mano para protegerla, la estrecha sinuosidad -de una anchura de apenas dos dedos- que se abre al fondo del alveolo y que debe ser lo mas intimo: la entrana del seno de Speranza. La palabra del evangelista me ha vuelto al espiritu, pero esta vez con un sentido amenazador: Ninguno que no sea semejante a un pequenuelo… ?Gracias a que aberracion he podido atribuirme la inocencia de un pequenuelo? Soy un hombre en la plenitud de la edad y debo asumir mi destino virilmente. Las fuerzas que extraia del seno de Speranza eran el peligroso salario de una regresion hacia las fuentes de mi mismo. Alli encontraba, es verdad, la paz y la alegria, pero aplastaba con mi peso de hombre mi tierra nutricia. Encinta de mi, Speranza no podia producir mas, lo mismo que el flujo menstrual se seca en la futura madre. Mas grave todavia: yo iba a mancillarla con mi simiente. ?Leviatan vivo, que horrible maduracion habria provocado en ese horno gigantesco, en la gruta! Veo a Speranza entera hincharse como un pastel, aumentar sus formas en la superficie del mar y reventar al fin para vomitar algun monstruo incestuoso.
Con peligro de mi alma, de mi vida y de la integridad de Speranza, he explorado el camino de la tierra materna. Mas tarde quiza, cuando la senilidad haya esterilizado mi cuerpo y secado mi virilidad, volvere a descender al alveolo. Pero sera para ya no volver a subir. De este modo habre dado a mis despojos el mas tierno, el mas maternal de los sepulcros.
La clepsidra reanudo su tic-tac y la actividad voraz de Robinson lleno de nuevo el cielo y la tierra de Speranza. Maduraba un amplio proyecto, cuya envergadura le habia hecho retrasarlo hasta aquel dia: transformar en arrozales los pantanos de la costa oriental de la isla. Jamas se habia atrevido a tocar uno solo de los sacos de arroz heredados del Virginia . Consumir sin esperanza de fructificacion, disipar en un goce efimero un capital en el que dormian quiza siglos enteros de cosechas, era un crimen -el crimen por excelencia-que no podia cometer, que ni siquiera hubiera podido llevar a termino fisicamente porque ni una sola cucharada del cereal asesinado habria podido ser tragada o digerida por su garganta o su estomago escandalizados.
Pero el cultivo del arroz en zona pantanosa implica la posibilidad de inundar o secar a voluntad los arrozales, y por tanto la construccion de un sistema de estanques colectores, diques, presas y compuertas. Trabajo gigantesco para un solo hombre, sobrecargado ademas por sus otros cultivos, la cria del ganado y las obligaciones oficiales. Durante meses la clepsidra no se detuvo mas, pero el diario llevado con regularidad daba testimonio de una meditacion sobre la vida, la muerte y el sexo que no era en si mas que el reflejo superficial de una metamorfosis de lo mas profundo de su ser.
Log-book .- Ahora. se que si la presencia del otro es un elemento fundamental para el individuo humano, no es, sin embargo, irreemplazable. Necesario, desde luego, pero no indispensable, como dicen de si mismos con humildad los Amigos de George Fox, otro tal vez suplantado por aquel a quien rechazan las circunstancias. Reemplazar lo dado por lo construido , problema general, problema humano por excelencia, si es verdad que lo que distingue al hombre del animal es que el no puede conseguir mas que con su propia industria lo que la naturaleza da gratuitamente al animal -su vestido, sus armas, su pitanza-. Aislado en mi isla podia hundirme en el nivel de la animalidad al no construir, cosa que por lo demas comence a hacer, o al contrario, convertirme en una especie de superhombre al construir mucho mas, ya que la sociedad no lo hacia por mi. Por tanto, yo he construido y continuo construyendo, pero en verdad la obra prosigue en dos planos diferentes y en dos sentidos opuestos. Porque, si en la superficie de la isla persigo mi tarea de civilizacion -cultivos, ganaderia, edificios, administracion, leyes, etc.-, copiada de la sociedad humana y por tanto, de alguna forma, retrospectiva, al mismo tiempo me siento marco de una evolucion mas radical que sustituye las ruinas que la soledad crea en mi, con soluciones originales, todas mas o menos provisionales y vacilantes, pero que se parecen cada vez menos al modelo humano de que partieron. Para terminar con la oposicion entre estos dos planos: no me parece posible que su divergencia creciente pueda agravarse hasta el instinto. Fatalmente habra de llegar un tiempo en el que Robinson, cada vez mas deshumanizado, no podra ser el gobernador y el arquitecto de una ciudad cada vez mas humanizada . A veces descubro ya saltos en el vacio en mi actividad exterior. Me sucede que trabajo sin creer verdaderamente en lo que hago, y la calidad y la cantidad de mi trabajo ni siquiera se resienten por ello. Muy al contrario, hay en ciertos esfuerzos una cierta borrachera de repeticion que consigue anular cualquier desercion del espiritu: se trabaja por trabajar sin pensar en el fin que se persigue. Y sin embargo, no se agujerea indefinidamente un edificio sin que termine por derrumbarse. Habra un momento en que la isla administrada y cultivada dejara de interesarme por completo. Entonces habra perdido su unico habitante…
?Entonces por que esperar? ?Por que no decidir que ese dia ha llegado? ?Por que? Porque en el estado actual de mi animo eso seria recaer en la cienaga. Hay en mi un cosmos en gestacion. Pero un cosmos en gestacion puede llamarse un caos. Contra ese caos, mi unico refugio, mi unica salvacion, es la isla administrada -cada vez mas administrada, porque en este campo solo se mantiene uno de pie si se sigue avanzando-. Ella me ha salvado. Me salva todavia cada dia. Sin embargo, el cosmos puede buscarse. Tal o cual parte del caos se ordena provisionalmente. Por ejemplo, yo habia creido encontrar una formula viable en la gruta. Era un error, pero la experiencia ha sido util. Habra otras mas. No se a donde va a llevarme esta creacion continua de mi mismo. Si lo supiera, es que estaria terminada, cumplida y definitiva.
Igual el deseo. Es un torrente que la naturaleza y la sociedad han aprisionado en una presa, en un molino, en una maquina, para someterle a una finalidad que por si mismo no cuida: la perpetuacion de la especie.
Yo he perdido mi presa, mi molino, mi maquina. Al mismo tiempo que toda la construccion social, que se desmorona en ruinas dentro de mi de ano en ano, ha desaparecido tambien el resguardo de instituciones y mitos que permiten al deseo tomar cuerpo , en el doble sentido de la palabra, es decir, darse una forma definida y fundirse sobre un cuerpo femenino. Resulta insuficiente decir que mi deseo no esta ya canalizado hacia los fines de la especie. ?Ni siquiera sabe a que aferrarse! Hace tiempo mi memoria se hallaba todavia lo suficientemente nutrida como para proporcionar a mi imaginacion criaturas deseables aunque inexistentes. Pero ahora eso se ha acabado. No son mas que cosas vacias y disecadas. Yo pronuncio: mujer, pechos, caderas, muslos separados por mi deseo. Nada. La magia de esas palabras no actua. Sonidos, flatus vocis . ?Quiere decir que mi deseo ha muerto a su vez de inanicion? ?En absoluto! Siento de continuo murmurar dentro de mi esa fuente de vida, pero ha pasado a ser totalmente disponible. En lugar de encarrilarse docilmente en la cama preparada de antemano por la sociedad, desborda por todos los lados y fluye en todas las direcciones, buscando como a tientas un camino, el buen camino en donde se recogera y rodara unanime hacia un objeto.
Por eso Robinson observaba con un apasionado interes las costumbres nupciales de los animales que le rodeaban. Se habia apartado desde el comienzo de las cabras y los buitres -y de una forma general de los mamiferos y de los pajaros-, cuyos amores le parecian la odiosa caricatura de los amores humanos. Pero los insectos merecian toda su atencion. Sabia que algunos de ellos, atraidos por el nectar de las flores, se cubren el cuerpo con el polen de las flores machos y lo transportan involuntariamente hasta los pistilos de las hembras. El perfeccionamiento de ese sistema, que pudo observar con la lupa examinando el aristoloche syphon , le maravillo. Apenas el insecto se adentra en esa hermosa flor cordiforme cuando automaticamente se cierra sobre el una parte de la corola. Hele aqui prisionero por un instante del receptaculo mas embriagadoramente femenino que existir pueda. El animalito peludo se debate furiosamente para liberarse y, al hacerlo, se inunda de polen. Al instante un nuevo movimiento le devuelve a la libertad y vuela, polvoreado de escarcha, para dejarse atrapar en otro lugar, fiel e inconsciente servidor de los amores florales.
Aquella inseminacion a distancia, inventada por esposos vegetales cruelmente separados, le parecia de una emotiva y suprema elegancia, y se ponia a sonar en cierto pajaro fantastico que se empaparia de la simiente del Gobernador de Speranza y volaria hasta York para fecundar a su abandonada mujer. Pero penso que, despues de tanto tiempo sin noticias, lo mas seguro es que ella hubiera guardado luto e incluso quizas hubiera salido ya del luto y se habria vuelto a casar.
Sus ensonaciones tomaron otra direccion. Estaba intrigado por los manejos de un himenoptero macho que no visitaba mas que una determinada variedad de orquidea( [2] ) sin que pareciera preocuparse en absoluto de procrear. Robinson paso largas horas, lupa en mano, intentando descifrar el comportamiento del animalito. En primer lugar descubrio que la flor reproducia en materia vegetal el abdomen de la hembra del insecto en cuestion hasta el punto de presentar una especie de vagina que quiza debia desprender el olor afrodisiaco especifico adecuado para atraer y seducir al enamorado. El insecto no robaba a la flor, la sobaba , y luego le hacia el amor segun los ritos de fecundacion propios de su especie. La operacion le colocaba en la postura adecuada para que el polen reunido en dos polinizadores se fijara sobre su frente gracias a dos capsulitas viscosas y de este modo, adornado con este par de cuernecillos vegetales, el enamorado entretenido proseguia su busqueda de flor macho a flor hembra, trabajando para el porvenir de la orquidea, mientras creia servir a su propia especie. Un paroxismo tal de astucia e ingenio podria hacer dudar de la seriedad del Creador. La naturaleza ?habia sido modelada por un Dios infinitamente sabio y majestuoso, o por un demiurgo estrambotico impulsado a las mas locas combinaciones por el angel de lo extravagante? Rechazando sus escrupulos, Robinson imagino que determinados arboles de la isla podrian pensar en utilizarle -como las orquideas hacian con los himenopteros- para trasladar su polen. En ese caso las ramas de aquellos arboles se metamorfosearian en mujeres lascivas y perfumadas, cuyos cuerpos llenos de curvas se aprestarian a acogerle…
[2] Se trata de la ophrys bombyliflora. (N. de la T.)