Viernes o Los limbos del Pac?fico - Tournier Michel. Страница 25
Al acercarse al fuerte, Robinson percibio al araucano que, completamente desnudo, jugaba con Tenn. Se irrito ante la falta de pudor del salvaje y tambien por la amistad que parecia haber nacido entre el y el perro. Despues de hacerle comprender que tenia que cubrirse de nuevo, le arrastro hacia la bahia del Evasion .
Las retamas habian crecido bastante y la silueta rechoncha de la pequena embarcacion parecia flotar en un mar de flores amarillas, atormentadas por el viento. El mastil habia caido, y el puente se levantaba en algunas partes, sin duda a causa de la humedad, pero en cambio el casco parecia intacto. Tenn, que precedia a los dos hombres, dio varias vueltas en torno al barco y no se adivinaba su presencia mas que por el temblor de las papilionaceas a su paso. Despues de un impulso salto sobre el puente, que se hundio inmediatamente bajo su peso. Robinson le vio desaparecer en la sentina con un aullido de espanto. Cuando llego junto al barco vio como el puente se iba desmoronando al tiempo que Tenn se esforzaba por salir de su prision. El araucano puso su mano sobre el borde del casco, luego su puno cerrado se alzo hacia el rostro de Robinson y se abrio para mostrarle un poco de serrin rojizo que despues dejo flotar al viento. Su negra cara se ilumino con una gran sonrisa. Robinson, a su vez, golpeo ligeramente el casco con el pie. Una nube de polvo se elevo en el aire al tiempo que se abria una brecha en el costado del barco. Las termitas habian hecho su labor. El Evasion no era mas que un barco de cenizas.
Log-book .- Desde hace tres dias cuantas nuevas experiencias y que fracasos mortificadores para mi amor propio! Dios me ha enviado un companero. Pero por un oscuro capricho de su Santa Voluntad, lo ha elegido del mas bajo nivel de la escala humana. No solo se trata de un hombre de color, sino que, ?para colmo!, este araucano costino ni siquiera es un pura sangre y todo en el traiciona al negro mestizo. ?Un indio cruzado de negro! ?Y si al menos tuviera una edad adecuada para poder valorar su nulidad frente a la civilizacion que yo encarno!
Pero me sorprenderia que tuviera mas de quince anos -teniendo en cuenta la extremada precocidad de estas razas inferiores- y su ninez le hacer reir insolentemente de mis ensenanzas.
Y ademas esta inesperada aparicion tras lustros de soledad ha trastocado mi fragil equilibrio. De nuevo el Evasion me ha proporcionado un mortificador desengano. Tras estos anos de instalacion, de domesticacion, de construccion, de codificacion, ha sido suficiente la sombra de una esperanza de posibilidad para que me precipitara hacia esa trampa asesina, donde estuve a punto de sucumbir antano. Aceptemos la leccion con una humilde sumision. Bastante he gemido ya por la ausencia de esa compania a la que toda mi labor sobre esta tierra apelaba en vano. Esta compania me ha sido dada, desde luego, en su forma mas primitiva y rudimentaria, pero de ese modo me sera mas sencillo plegarla a mi orden. El camino que se me impone esta trazado: incorporar mi esclavo al sistema que vengo perfeccionando desde hace anos. El exito de la empresa quedara asegurado el dia en que no quepa duda alguna de que tanto el como Speranza se benefician conjuntamente de su reunion.
P.s.- Habia que encontrar un nombre para el recien llegado. Yo no queria darle un nombre cristiano antes de que mereciese esa dignidad. Un salvaje no es un ser humano completo. Tampoco podia honestamente imponerle el nombre de una cosa, aunque esa habria sido la solucion del sentido comun. Creo haber resuelto con elegancia el dilema al darle el nombre del dia de la semana en que le salve: Viernes. No es ni un nombre de persona, ni un nombre comun; esta a medio camino entre los dos: es el de una entidad semiviva, semiabstracta, muy marcada por su caracter temporal, fortuito y como episodico…
Viernes ha aprendido el ingles suficiente como para comprender las ordenes de Robinson. Sabe desbrozar, labrar, sembrar, rastrillar, trasplantar, escardar, segar, cosechar, trillar, moler, cerner, amasar y cocer. Ordena las cabras, hace requeson, recoge huevos de tortuga, los hace pasados por agua, cava canales de riego, mantiene los viveros, pone cepos a los carroneros, calafatea la piragua, pone remiendos en los vestidos de su amo, encera sus botas. Por la tarde se embute en una librea de lacayo y atiende al servicio de la cena del Gobernador. Luego calienta su cama y le ayuda a desvestirse antes de ir a tumbarse a su vez en una hamaca que extiende contra la puerta de la residencia y que comparte con Tenn.
Viernes es de una docilidad perfecta. En realidad murio desde el momento en que la hechicera clavo su indice nudoso en el. Lo que huyo era un cuerpo sin alma, un cuerpo ciego, como esos patos que se salvan batiendo las alas despues de que se les ha cortado la cabeza. Pero aquel cuerpo inanimado no habia huido al azar. Corrio a reunirse con su alma y su alma se encontraba entre las manos del hombre blanco. Desde ese momento Viernes pertenecia en cuerpo y alma al hombre blanco. Todo lo que su amo le ordena es bueno; lo que le prohibe, malo. Es bueno trabajar de noche y de dia para el funcionamiento de una organizacion delicada y carente de sentido. Esta mal comer mas de la racion medida por el amo. Es bueno ser soldado cuando el amo es general, monaguillo cuando el reza, albanil cuando construye, peon cuando se dedica a sus tierras, pastor cuando se preocupa de sus rebanos, ojeador cuando va de caza, remero cuando navega, portador cuando viaja, enfermero cuando sufre, y es bueno tambien mover para el el abanico y el cazamoscas. Es malo fumar en pipa, pasearse desnudo y ocultarse para dormir cuando hay trabajo. Pero si la buena voluntad de Viernes es total, es todavia demasiado joven y su juventud juega a veces en contra suya. Entonces rie, rie con una risa formidable, una risa que desenmascara la seriedad mentirosa en que se amparan el Gobernador y su administrada isla. Robinson odia aquellas explosiones juveniles que minan su orden y debilitan su autoridad. Fue precisamente la risa de Viernes la que provoco que su amo levantara la mano contra el por vez primera. Viernes debia repetir tras el las definiciones, principios, dogmas y misterios que el pronunciaba. Robinson decia: Dios es un senor omnipotente, omnisciente, infinitamente bueno, amable y justo, creador del hombre y de todas las cosas . La risa de Viernes estallo, lirica, irreprimible, blasfema, y se apago al instante, aplastada como una llama inestable por una sonora bofetada. Era que aquella evocacion de un Dios a la vez tan bueno y poderoso le habia parecido divertida frente a su pequena experiencia de la vida. Pero ?que importa!: el repite ahora con una voz entrecortada por los sollozos las palabras que le murmura su amo.
Por otro lado, ha proporcionado un primer tema de satisfaccion: gracias a el el Gobernador ha encontrado al fin un uso para las monedas que salvo del naufragio. Paga a Viernes: una media onza de oro al mes. Al principio habia tenido la precaucion de «colocar» la totalidad de aquellos bienes a un interes del 5,5 por 100. Despues, considerando que Viernes habia alcanzado mentalmente la edad de la razon, le dejo la libre disposicion de sus ahorros. Con ese dinero, Viernes compra una alimentacion suplementaria, objetos de uso o de pacotilla heredados del Virginia , o simplemente una media jornada de reposo -la jornada entera no es comprable-que pasa en una hamaca confeccionada por el mismo.
Porque aunque el domingo es dia de descanso en Speranza, eso no quiere decir que se deje a una ociosidad culpable. Levantandose con el alba, Viernes barre y adecenta el templo. Luego va a despertar a su amo y recita la oracion de la manana con el. A continuacion se dirigen al templo, donde el pastor oficia durante dos horas. De pie ante el atril, salmodia versiculos de la Biblia. Esta lectura se interrumpe con largos silencios dedicados a la meditacion a los que siguen comentarios inspirados por el Espiritu Santo. Viernes, arrodillado en la nave izquierda -la derecha esta reservada a las mujeres-, escucha con toda su atencion. Las palabras que oye -pecado, redencion, infierno, parusia, becerro dorado, apocalipsis- componen en su cabeza un mosaico embrujador, aunque desprovisto de todo significado. Es una musica de una belleza oscura y un poco terrorifica. A veces una vaga luz emana de dos o tres frases. Viernes cree comprender que un hombre tragado por una ballena salio de ella indemne, o que un pais fue invadido un dia por tal cantidad de langostas que podian encontrarse en las camas y hasta en el pan o incluso que dos mil cerdos se arrojaron al mar porque unos demonios habian entrado en su cuerpo. Entonces siente irremediablemente que un picor le atormenta el epigastrio, al tiempo que un soplo de hilaridad hincha sus pulmones. Se afana por dirigir sus pensamientos a asuntos funebres, porque no se atreve siquiera a imaginar lo que ocurriria si rompe a reir en medio del servicio dominical.
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Tras el desayuno -mas lento y refinado que durante el resto de la semana-, el Gobernador se hace traer una especie de baculo fabricado por el mismo que tiene algo de cruz episcopal y de cetro real, y el jefe, protegido bajo una amplia sombrilla de pieles de cabras que sostiene Viernes, deambula majestuosamente por toda la isla, inspeccionando sus campos, sus arrozales y sus huertos, sus rebanos, las construcciones y los trabajos en curso y dispensando a su criado la reprimenda, el elogio y las instrucciones para los siguientes dias. Como el resto de la tarde no puede emplearse en trabajos lucrativos, Viernes aprovecha para limpiar y embellecer la isla. Quita las hierbas de los caminos, siembra semillas de flores delante de las casas, tala los arboles que adornan la parte residencial de la isla. Disolviendo cera de abeja en esencia de trementina coloreada con quercitron, Robinson ha logrado producir un hermoso barniz, cuyo empleo ha planteado algunos problemas, ya que los muebles eran escasos y los entarimados inexistentes en la isla. Pero al final se le ocurrio que Viernes podria barnizar los guijarros y las piedrecillas del camino principal, el que descendia desde la gruta hasta la Bahia de la Salvacion, y que fue trazado por Robinson el mismo dia de su llegada a la isla. El valor historico de aquel camino le parecio motivo suficiente para justificar aquel enorme trabajo que quedaria reducido a la nada ante el menor chaparron, y que en un primer momento le habia hecho preguntarse si valdria la pena imponerselo a Viernes.