Destinos Truncados - Стругацкие Аркадий и Борис. Страница 47
—...y en caso contrario, ninguno de nosotros, los escritores honestos, que somos mayoria, a proposito, los Kolesnichenko solamente sobresalen, pero la mayoria esta compuesta por personas como nosotros, para quienes lo fundamental es el trabajo honesto, el estudio detallado de los materiales, el nivel artistico-ideologico...
—?Y la zootecnia! —grite, instintivamente.
El telefono quedo callado un segundo entero, quiza dos. A continuacion se oyo de nuevo la voz de Oreshin, ahora indeciso.
—?La zootecnia? Si... la zootecnia. Sin duda alguna... Pero entienda usted, Felix Alexandrovich, cual es la situacion mas importante para mi en este caso...
Y comenzo a repetirlo todo desde el principio.
En general, acordamos que yo trataria de conocer aquel asunto con mas profundidad: leeria la fabula, leeria la novela corta, conversaria con Kolesnichenko y despues nos llamariamos para continuar aquella interesante y provechosa conversacion.
?Puf! Deje caer el telefono, me sente en el divan con las piernas bajo el trasero y me dedique a rascarme con furia los sobacos y a hacer muecas horribles. En la cabeza me daba vueltas un pensamiento: no hay salvacion. No tienen salvacion, repetia, mientras continuaba moviendome y rascandome. No hay ni habra salvacion para nosotros, ni ahora ni por los siglos de los siglos, ?amen! Comence a sofocarme, me eche de espaldas sobre el divan y abri los brazos en cruz.
Solo entonces me di cuenta de que la habitacion estaba totalmente a oscuras. Era de noche aunque temprano aun, y pense, no sin tristeza, que pocos anos atras, a esta hora, yo aun tenia la costumbre de sentarme ante la maquina de escribir y teclear dos o tres paginitas mas, pero ahora nada de eso, camarada Sorokin, a esta hora seguro que no se le va a ocurrir nada que valga la pena, lo unico que va a hacer es enfadarse...
De nuevo sono el telefono. Me levante con dificultad para responder. Apenas habia tenido tiempo de alegrarme con la esperanza de que se tratara de Rita, cuando oi una voz masculina.
—Por favor, con Felix Alexandrovich —pronuncio quedamente.
—Soy yo.
—Perdone, Felix Alexandrovich —pregunto la voz tras una corta pausa—, ?ha recibido nuestra carta?
—?Que carta?
—Ah... Seguramente no le habra llegado todavia... Perdone, Felix Alexandrovich... Lo volveremos a llamar dentro de un par de dias. Perdone. Hasta la vista.
Y colgo.
Que demonios... Me puse a revisar en mi memoria las cartas de los ultimos dias y de repente recorde el sobre marron sin remitente. ?Donde lo habia metido? Ah, en el bolsillo del abrigo, y lo habia olvidado alli... Un presentimiento incomprensible y angustioso, como el que habia tenido al detectar que el sobre no tenia remitente, se apodero nuevamente de mi.
Encendi la luz, fui al vestibulo a buscar el sobre, me sente tras el escritorio y me puse a descifrar el matasellos. No habia nada de particular alli. Moscu, G-69, ?donde era eso? El papel era muy denso, no se transparentaba, pero al tacto no habia en el sobre otra cosa que no fuera una carta. Tome las tijeras y abri el sobre, cortando con cuidado al borde mismo. Dentro habia un segundo sobre, tambien cerrado con cuidado, pero era uno habitual, con una ilustracion. No tenia direccion, solo estaba escrito: «Para Felix Alexandrovich Sorokin, personal. No abrir por otra persona».
Me sorprendi alli sentado, sacando el labio inferior, en total indecision. La llamada por telefono... «Le llamaremos...» El jefe de personal de Katia. La perspectiva de llevar aquel sobre al lugar adecuado, dar las explicaciones pertinentes, incluso por escrito, todo aquello me aplasto el alma. Y, en realidad... «Si, llego una carta. Una cosa de locos, no me acuerdo bien. Sepa usted que recibo muchas cartas, es imposible recordarlas todas...»
Con decision, abri el segundo sobre.
Alli habia una hoja de papel de carta con una franja azul. Sin encabezamiento, con una caligrafia precisa, bella incluso, con tinta negra, habian escrito lo siguiente:
Hace tiempo, nos dimos cuenta de quien era usted. Pero no se preocupe, su destino nos es tan querido y comprensible que, por nuestra parte, no haremos nunca nada para desenmascararlo. Por el contrario, estamos dispuestos a hacer todos los esfuerzos necesarios para disipar los rumores que comienzan a difundirse con respecto a usted y a las causas por las cuales usted se encuentra entre nosotros. Si no le resulta posible abandonar nuestro planeta (o nuestro tiempo) por causas tecnicas, sepa que nuestras posibilidades no son grandes, pero se encuentran plenamente a su disposicion. Lo llamaremos. Trabaje tranquilo.
Que el diablo os lleve a todos, descerebrados.
SEIS
Banev. Instigacion a la accion.
Viktor desperto tarde, a la hora de comer. Le dolia un poco la cabeza, pero su estado de animo era inesperadamente bueno.
El dia anterior por la noche, bajo tras terminarse el paquete de cigarrillos, logro abrir un coche con ayuda de una horquilla para el cabello, saco a Irma por la puerta de servicio y la llevo con su madre. Al principio iban en silencio. El se retorcia interiormente, invadido por sentimientos desagradables, pero Irma estaba sentada a su lado, limpia, vestida correctamente, peinada segun la ultima moda, sin trencitas, incluso con los labios pintados. El tenia muchos deseos de iniciar un dialogo, pero debia comenzar reconociendo su total estupidez y eso no le parecia nada pedagogico. Todo termino en que Irma, sin venir al caso, le dio repentinamente permiso para fumar (siempre que todas las ventanillas estuvieran abiertas), y se dedico a contarle cuan interesante le habia resultado todo, como se parecia a lo que habia leido antes y que nunca habia creido, que bien que el le habia organizado aquella aventura, inesperada y altamente educativa, que en general el era bueno, no era aburrido ni decia tonterias, que Diana era «casi de los nuestros», odiaba a todos, pero era una lastima que tuviera pocos conocimientos, que le gustaba demasiado beber, y tu les caiste muy bien a los chavales, porque hablaste con honestidad, no te hiciste pasar por el guardian de una sabiduria superior, y hasta Bol-Kunats dijo que eras la unica persona de valia en la ciudad aparte del doctor Golem, por supuesto, pero en realidad Golem no tiene el menor vinculo con la ciudad, ademas el no es escritor, no irradia ideologia, y que piensas, la ideologia es necesaria, o es mejor vivir sin ella, ahora muchos suponen que el futuro esta por la «desideologizacion»...
El dialogo era maravilloso, los interlocutores se respetaban mutuamente, y al regresar al hotel (metio el coche en un patio lleno de basura), Viktor consideraba ya que ser padre no era una tarea tan ingrata, sobre todo si entiendes algo de la vida y sabes utilizar hasta sus aspectos oscuros con fines educativos. Por ese motivo bebio con Teddy, que tambien era padre y estaba interesado en la educacion, ya que su primogenito tenia catorce anos, una edad dificil, de transicion, veras cuanto te hara sufrir todavia la tuya... o sea, que quien tenia catorce anos era su primer nieto, y el no se habia ocupado de educar a su hijo, ya que el hijo habia pasado toda su infancia en un campo de concentracion aleman.