Libro De Poemas - Lorca Federico Garcia. Страница 10

En medio de la mesa, al derrumbarse

tu azul mansión, has visto

que el milano te mira ansiosamente:

Es un recién nacido,

una pompa de espuma sobre el agua

del sufrimiento vivo.

Y tú vas a sus labios luminosos

mientras ríen los niños,

y callan los papás, no se despierten

los dolores vecinos.

Así pájaro clown desapareces

para nacer en otro sitio,

así pájaro esfinge das tu alma

de ave fénix al limbo.

MADRIGAL

Octubre de 1920. ( Madrid.)

Mi beso era una granada,

profunda y abierta;

tu boca era rosa

de papel.

El fondo un campo de nieve.

Mis manos eran hierros

para los yunques;

tu cuerpo era el ocaso

de una campanada.

El fondo un campo de nieve.

En la agujereada

calavera azul

hicieron estalactitas.

mis te quiero.

El fondo un campo de nieve.

Llenáronse de moho

mis sueños infantiles,

y taladró la luna

mi dolor salomónico.

El fondo un campo de nieve.

Ahora maestro grave

a la alta escuela,

a mi amor y a mis sueños

(caballitos sin ojos) .

Y el fondo es un campo de nieve.

UNA CAMPANA

Octubre de 1920.

Una campana serena

crucificada en su ritmo

define a la mañana

con peluca de niebla

y arroyos de lágrimas.

Mi viejo chopo

turbio de ruiseñores

esperaba

poner entre las hierbas

sus ramas

mucho antes que el otoño

lo dorara.

Pero los puntales

de mis miradas

lo sostenían.

¡Viejo chopo, aguarda!

¿No sientes la madera

de mi amor desgarrada?

Tiéndete en la pradera

cuando cruja mi alma

que un vendaval de besos

y palabras

ha dejado rendida,

lacerada.

CONSULTA

Agosto de 1920.

¡Pasionaria azul!

Yunque de mariposas.

¿Vives bien en el limo

de las horas?

(¡Oh, poeta infantil,

quiebra tu reloj!)

Clara estrella azul,

ombligo de la aurora.

¿Vives bien en la espuma

de la sombra?

(¡Oh, poeta infantil,

quiebra tu reloj!)

Corazón azulado,

lámpara de mi alcoba.

¿Lates bien sin mi sangre

filarmónica?

(¡Oh, poeta infantil,

quiebra tu reloj!)

Os comprendo y me dejo

arrumbado en la cómoda

al insecto del tiempo.

Sus metálicas gotas

no se oirán en la calma

de mi alcoba.

Me dormiré tranquilo

como dormís vosotras,

pasionarias y estrellas,

que al fin la mariposa

volará en la corriente

de las horas

mientras nace en mi tronco

la rosa.

TARDE

Noviembre de 1919.

Tarde lluviósa en gris cansado,

y sigue el caminar.

Los árboles marchitos.

Mi cuarto, solitario.

Y los retratos viejos

y el libro sin cortar...

Chorrea la tristeza por los muebles

y por mi alma.

Quizá

no tenga para mí Naturaleza

el pecho de cristal.

Y me duele la carne del corazón

y la carne del alma.

Y al hablar,

se quedan mis palabras en el aire

como corchos sobre agua.

Sólo por tus ojos

sufro yo este mal,

tristezas de antaño

y las que vendrán.

Tarde lluviosa en gris cansado,

y sigue el caminar.

HAY ALMAS QUE TIENEN..

8 de febrero de 1920.

Hay almas que tienen

azules luceros,

mañanas marchitas

entre hojas del tiempo,

y castos rincones

que guardan un viejo

rumor de nostalgias

y sueños.

Otras almas tienen

dolientes espectros

de pasiones. Frutas

con gusanos. Ecos

de una voz quemada

que viene de lejos

como una corriente

de sombras. Recuerdos

vacíos de llanto

y migajas de besos.

Mi alma está madura

hace mucho tiempo,

y se desmorona

turbia de misterio.

Piedras juveniles

roídas de ensueño

caen sobre las aguas

de mis pensamientos.

Cada piedra dice:

¡Dios está muy lejos!

PRÓLOG0

24 de julio de 1920. ( Vega de Zujaira.)

Mi corazón está aquí,

Dios mío.

Hunde tu cetro en él, Señor.

Es un membrillo

demasiado otoñal

y está podrido.

Arranca los esqueletos

de los gavilanes líricos

que tanto, tanto lo hirieron,

y si acaso tienes pico

móndale su corteza

de hastío.

Mas si no quieres hacerlo,

me da to mismo,

guárdate tu cielo azul

que es tan aburrido.

El rigodón de los astros.

Y lo Infinito,

que yo pediré prestado

el corazón de un amigo.

Un corazón con arroyos

y pinos,

y un ruiseñor de hierro

que resista

el martillo

de los siglos.

Además, Satanás me quiere mucho.

Fue compañero mío

en un examen de

lujuria, y el pícaro

buscará a Margarita

-me lo tiene ofrecido-.

Margarita morena,

sobre un fondo de viejos olivos,

con dos trenzas de noche

de estío,

para que yo desgarre

sus muslos limpios.

Y entonces, ¡oh Señor!

seré tan rico

o más que tú,

porque el vacío

no puede compararse

al vino

con que Satán obsequia

a sus buenos amigos.

Licor hecho con llanto.

¡Qué más da!

Es lo mismo

que tu licor compuesto

de trinos.

Dime, Señor,

¡Dios mío!

¿Nos hundes en la sombra

del abismo?

¿Somos pájaros ciegos

sin nidos?

La luz se va apagando.

¿Y el aceite divino?

Las olas agonizan.

¿Has querido

jugar como si fuéramos

soldaditos?

Dime, Señor,

¡Dios mío!

¿No llega el dolor nuestro

a tus oídos?

¿No han hecho las blasfemias

babeles sin ladrillos

para herirte, o te gustan

los gritos?

¿Estás sordo? ¿Estás ciego?

¿O eres bizco

de espíritu

y ves el alma humana